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Investigadores de la UNAM monitorean el virus SARS-CoV-2 y fármacos en aguas residuales.

Ciudad de México; 7 de abril de 2022.- Investigadores de la UNAM monitorean el virus SARS-CoV-2 y fármacos en aguas residuales.

Una investigación tripartita entre la Facultad de Medicina (FM) y los institutos de Geología (IGl) y Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT) de la UNAM, iniciada en mayo de 2020 y que concluirá en 2023, desarrolla una metodología para medir el nivel de diseminación de la COVID-19 en zonas localizadas del país monitoreando el virus SARS-CoV-2 y fármacos que se usan contra esa enfermedad en aguas residuales.

Una vez que ese virus infecta al cuerpo humano pueden pasar algunos días para que se comiencen a expresar los síntomas de la enfermedad. Desde que inicia el periodo de latencia hasta que concluye la COVID-19, el paciente excretará partículas virales (unas activas y otras inactivas) y posteriormente residuos de los fármacos que ha tomado como tratamiento.

Con base en ello, se puede establecer el nivel de diseminación de la enfermedad en una población monitoreando la carga de virus en el agua del drenaje, señaló Yolanda López Vidal, académica de la FM. “Este ejercicio implica hacer un seguimiento de los restos del material genético del virus (ARN), a través de sofisticados métodos de purificación y análisis en muestras tan complejas como el agua del drenaje”, señaló.

En otras naciones, como en los Países Bajos y algunas ciudades de Estados Unidos, se ha recurrido a este tipo de estudios de universidades, empresas y otros asentamientos urbanos.

En México, la UNAM desarrolla el proyecto “Potencial de diseminación ambiental de SARS-CoV-2; un enfoque de riesgo a partir del suelo y ciclo urbano del agua en el centro de México”, financiado mediante un proyecto PAPIIT por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico (DGAPA) de la UNAM.

Los objetivos de la investigación son estimar la tasa de diseminación del virus y los fármacos utilizados en el tratamiento de la COVID-19; dar seguimiento a la inactivación del virus y a las variaciones en la concentración de los fármacos a lo largo del ciclo urbano del líquido; así como evaluar el riesgo de llegada del virus activo a los campos agrícolas que se riegan con el agua residual de la Ciudad de México, detalló Rodolfo Zanella Specia, director del ICAT.